La lluvia fue protagonista en el debut del básquetbol en los Juegos Olímpicos

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El básquetbol es uno de los deportes de conjunto más seguido en los Juegos Olímpicos. Selecciones como la de Estados Unidos, España, España, Francia, Argentina, Lituania, entre otras, han hecho que el ‘deporte ráfaga’ brille cada cuatro años en las exhibiciones olímpicas; sin embargo, su ‘primera vez’ en una justa veraniega quedó marcada por su falta de organización y por su gran final un poco…“mojada”.

El también llamado baloncesto tuvo su primera aparición en Berlin 1936. El Comité Olímpico Internacional informó a la Federación Internacional de Básquetbol (FIBA) en 1934, que se llevaría a cabo un torneo en los juegos. Lamentablemente, la organización no fue la mejor, y las condiciones para el desarrollo de la disciplina no fueron las óptimas.

A diferencia de básquetbol profesional que se ve hoy en día; el marcador se manejaba de forma manual desde la mesa central, además de que el tiempo se tomaba con un cronómetro en mano. Aunado a ello, los asistentes tenían que disfrutar de los juegos bajo la protección de una sombrilla, mientras que los jugadores tenían que lidiar con el juego a pesar de la tierra en el campo. Los partidos se tuvieron que disputar en una cancha de tenis adaptada, sin techo que resguardara de las inclemencias.

A pesar de que las circunstancias no eran las ideales, las selecciones de Estonia, Francia, Chile, Turquía, Suiza, Estados Unidos, España, Italia, Polonia, Perú, Egipto, Checoslovaquia, Hungría, Letonia, Uruguay, Canadá, Brasil, México, Bélgica, Japón, China, Filipinas y Alemania vieron acción en los encuentros sin mayores complicaciones. Fue hasta que llegaron los duelos por las medallas, que la Madre Naturaleza les impuso un nuevo problema: la lluvia.

El primer duelo que sufrió las inclemencias del tiempo fue el México-Polonia. Las escuadras tuvieron que solventar el tema de la lluvia en la pelea por el bronce, pero al final fue la escuadra tricolor la que se llevó el honor tras una victoria 26-12.

La tormenta presente ese día hizo que la gran final, a disputarse entre Estados Unidos y Canadá se pospusiera un día. Para mala suerte de los organizadores el intento resultó ser en vano ya que una lluvia torrencial se hizo presente la tarde del 14 de agosto de 1936. Dicha situación hizo que el juego fuera lento y de cosecha de muy pocos puntos. El cuadro estadounidense se quedó con el honor de la medalla de oro tras vencer 19-8 a sus vecinos del norte.

Todas esas situaciones en contra hicieron que la organización se preparara más y mejor para la exhibición del básquetbol, al grado de que hoy es uno de los deportes más seguidos dentro de la justa olímpica.

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