Novak Djokovic quiere el oro olímpico en Paris 2024 y no se descarta ir por el ‘doblete’ en Los Angeles 2028

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Ningún tenista ha ganado más Grand Slams que Novak Djokovic, pero hay una cuenta pendiente en la carrera del serbio: el oro en los Juegos Olímpicos. Solo tiene una medalla, bronce en Beijing 2008, cuando Rafa Nadal le eliminó en semifinales. Ha ido a las últimas cuatro tres olímpicas, pero se fue sin medalla.

Este verano, Djokovic quieren que ‘no haya quinto malo’ en Paris 2024, pero podría no ser su última justa olímpica, ya que no se descarta para Los Angeles 2028.

“Todo es una posibilidad, aunque no sé cuántas posibilidades más voy a tener. Ya veremos“, dijo Nole en la rueda de prensa previo a su debut en Indian Wells”. “Pensar en los Juegos de Los Angeles, cuando falta tanto, es difícil, pero el pensamiento me emociona, me gustaría jugar. Los Juegos Olímpicos son cada cuatro años, no podría comprometerme ahora. Lo tomaré año a año, veré cómo mi cuerpo responde, cuánta motivación y pasión tengo. Es cada vez más difícil, pero sigo amando el deporte y competir al nivel más alto, ser el mejor. Ahora siento que quiero seguir, continuar haciendo historia, y ya veremos hasta dónde llego”.

Tras el bronce en Beijing 2008, Andy Murray le ganó en esa misma instancia en Londres 2012, además de que cayó en el partido por el tercer lugar ante Juan Martín del Potro. El argentino también lo eliminó en la primera ronda en Rio 2016 y en Tokyo 2020, Alexander Zverev fue su verdugo en semifinales y Pablo Carreño le negó el bronce.

Djokovic también fue cuestionado sobre su palmarés, que podría ser inalcanzable de no haber coincidido con los otros miembros del Big 4, pero el serbio lo ve al revés: no hubiera ganado tanto sin ellos.

“Roger y Rafa fueron una parte importante de mi carrera. Ellos, junto a Andy, fueron una parte integral de mi desarrollo y de todo lo que he conseguido. Sería justo preguntarles lo mismo a ellos. ¿Qué hubiera pasado sí…? No es algo en mi mente, no pienso qué hubiera ganado de no ser por ellos. Lo veo de otra perspectiva, de estar agradecido de tener estas rivalidades porque me hicieron un mejor jugador. Tardé en descifrar el código, sobre todo en los partidos más importantes. No podía ganarles a la hora buena y las cosas han cambiado, descubrí lo que tenía que hacer, maduré mental, emocional y físicamente como jugador, más experiencia y desde ese punto, mi carrera ha ido en trayectoria ascendente, pero es todo gracias a ellos”.

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