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Los Juegos Olímpicos de México 1968 no sólo son históricos por ser los primeros en realizarse en Latinoamérica ni porque una mujer haya encendido el pebetero por primera vez en la historia, sino también por la cantidad de récords olímpicos que se impusieron durante la justa, uno de ellos fue en salto de altura por parte de Dick Fosbury. El estadounidense no ganó únicamente el oro, también evolucionó el deporte.
El 20 de octubre de 1968, en el Estadio Olímpico Universitario de la Ciudad de México, el atleta estadounidense, Dick Fosbury, compitió en la prueba de salto de altura con una nueva técnica que él había perfeccionado.
El estudiante de ingeniería civil de 21 años combinó sus conocimientos de mecánica con lo que sabía sobre el deporte y desarrolló el ‘salto Fosbury’.
La técnica que evolucionó el deporte consiste en arquear la espalda del atleta al momento de pasar la barra, lo cual hará que el centro de gravedad del salto quede por debajo de la barra, mientras el atleta pasa por encima.
Antes, los deportistas buscaban saltar lo más cerca de la barra posible para poder pasar una pierna sobre ella y caer del otro lado.
“Si consiguen hacer el arco perfecto, le sirve como ventaja mecánica a la hora de usar esa técnica”, explicó Fosbury en algún momento.
El legado de Fosbury…
La final de salto fue frente a su compatriota Ed Caruthers y Valentin Gavrilov, de la Unión Soviética, quienes saltaron 2.22 metros y 2.20 metros, respectivamente. Fosbury impuso un nuevo récord olímpico con su técnica, al saltar 2.24 metros.
El americano declaró: “Creo que ahora algunos lo intentarán a mi manera” y tenía razón, para los Juegos Olímpicos de Munich 1972, 28 de los 40 participantes en salto de altura utilizaron su técnica. En la actualidad, es la única manera de realizar el salto.
Fosbury nunca volvió a competir en unos Juegos Olímpicos, pero su nombre quedó gravado en la historia del deporte para siempre.