¡A 18 días de Paris 2024! Abebe Bikila ganó maratón descalzo en Roma 1960
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Por: Alberto Lati.
Sólo quedan 18 días para que inicien los Juegos Olímpicos de Paris 2024 y en Claro Sports, en compañía de con nuestro analista, Alberto Lati, seguimos con el conteo previo a la competencia deportiva que llamará la atención de los fanáticos en todo el mundo, a través del recuento de algunos capítulos que quedaron grabados para siempre en la historia de una justa que este año será organizada en la capital francesa.
Uno de los grandes momentos que guardan las páginas de los Juegos Olímpicos lo protagonizó Abebe Bikila, el primer hombre del África Negra que ganó una medalla de oro, pero su hazaña fue hecha sin portar ningún tipo de calzado, algo impensado en pleno siglo XXI donde la tecnología de la indumentaria poco a poco comienza a tomar relevancia.
Tan sólo hay que recordar cómo Eliud Kipchoge corrió un maratón en menos de dos horas, supuestamente por el beneficio que recibía a partir del uso de las Nike AlphaFLY, un prototipo que se utilizó únicamente en dicha competencia y que causó debate sobre si el calzado podía beneficiar en el desempeño de los atletas.
Bajo este contexto, lo hecho por Abebe Bikila toma otro aire todavía más romántico porque su logro en Roma 1960 cuando tenía sólo 28 años, no sólo le permitió dejar claro hasta dónde puede llegar el ser humano por sí solo, sino que su gesta reivindicó la importancia de los deportistas del África Negra.
Abebe Bikila llegaba a dicha competencia con sólo cuatro años de experiencia y con un boleto casi de rebote porque el lugar parecía tener el nombre de Wami Bitaru, sin embargo una lesión en un partido de fútbol lo dejó fuera de los Juegos Olímpicos de Roma 1960.
Detrás de lo hecho por el campeón olímpico hay una serie de leyendas: la primera es que decidió no portar calzado porque le habría dicho a su entrenador Onni Niskanen que se sentía mejor así y la otra historia dicta que supuestamente no se acomodó con ningún tenis tras probarse varios pares. Sin importar la causa, el etíope salió descalzó tal cómo solía entrenar en su país y así convertirse en una de las historias más increíbles de la historia de los Juegos Olímpicos.