¡A 26 días de Paris 2024! Juego de sangre en el agua de Melbourne 1956

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Por: Alberto Lati

Ya nos encontramos a 26 días de que comiencen los Juegos Olímpicos de Paris 2024 y en Claro Sports, junto con nuestro especialista, Alberto Lati, mantenemos el conteo previo a la competencia deportiva que se llevará las portadas este próximo verano en la capital francesa, a través del recuento de episodios que marcaron la historia de la justa veraniega de este mes de julio.

A pesar de que los Juegos Olímpicos suelen ser un momento de unión entre los países participantes, la violencia y las peleas dentro del terreno de juego también han formado parte de su historia, pues hay ocasiones que los temas políticos pueden mezclarse con la adrenalina generada por el espíritu de competencia tal como sucedió cuando Valentin Prokopov y Erwin Zador se enfrentaron a golpes, un hecho que provocó otras peleas entre el mismo público. 

Cuando hablamos de capítulos oscuros dentro del deporte no podemos dejar del lado al “Juego de sangre en el agua”, encuentro conocido de esta manera porque el rojo escarlata manchó el escenario donde se disputaba la semifinal entre Hungría y la Unión Soviética en waterpolo durante Melbourne 1956, pues tanto el público como los jugadores de ambos conjuntos tuvieron un enfrentamiento derivado del golpe que le soltó Valentin Prokopov a Erwin Zador. 

La enemistad entre ambas naciones había surgido desde la represión soviética a una manifestación estudiantil en Budapest. Dezso Gyarmati declinó en darle la mano al capitán del equipo rival, una postura compartida por el equipo húngaro dado la tensión política con la URSS. Durante el momento de más tensión y con los magiares arriba en el marcador, la desesperación soviética quedó evidenciada con el golpe de Valentin Prokopov a uno de los jugadores contrarios.

La agresión que recibió Ervin Zador quedó enmarcada con una fotografía donde se le ve el rostro lleno de sangre. A partir de ese momento, los jugadores de ambos equipos tuvieron un enfrentamiento, mientras que el público lanzaba objetos a la piscina. El equipo húngaro se convirtió de inmediato en un símbolo de la resistencia por la ocupación de la Unión Soviética en su territorio y la prensa popularizó este incidente como el “Baño de sangre”. 

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