Mutaz Essa Barshim, un ejemplo de superación y amistad en Paris 2024

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El salto de altura es una de las competencias más emocionantes que nos entregan los Juegos Olímpicos, cada salto va lleno de trabajo, sueños y pasión. En Paris 2024 veremos de nueva cuenta al atleta catarí Mutaz Essa Barshim, saltador que buscará refrendar el oro en la justa olímpica, algo por lo que trabajó hasta conseguirlo y compartirlo con una gran muestra de amistad.

Barshim siempre estuvo muy cerca del deporte, ya que se padre también fue un atleta en las especialidades de medio fondo y de largo recorrido; así como instructor en un club deportivo en Qatar. Por lo que su amor a la disciplina era innegable. Aunque curiosamente no siguió del todo los pasos de su papá, pues prefirió especializarse en su disciplina.

Mutaz Essa Barshim mostró su talento en competiciones juveniles y en torneos internacionales, al grado de colgarse el oro en un Campeonato Mundial Junior en 2010 y en unos Juegos Asiáticos el mismo año. Además de conquistar la presea áurea un año después en Kobe, Japón, durante el Campeonato Asiático. Por lo que todo apuntaba que se iba a consolidar en sus primera justa veraniega, en la capital de Inglaterra.

Su trayectoria en los Juegos Olímpicos comenzó en Londres 2012, donde no pudo cumplir con el oro, pero logró meterse al podio tras ganar el bronce, compartido con dos compañeros por registrar la misma altura, medalla que se convirtió en plata tras la descalificación del ruso Ivan Ukhov tras ser suspendido por dopaje en 2019. Desde entonces, ha sabido lo que significa la amistad en el olimpismo.

Para Rio 2016 lo volvió a intentar, pero se volvió a quedar en la orilla por el oro, al obtener de nueva cuenta con la presea plateada. Ahora sí en solitario, pero jamás se rindió para conseguir llegar a lo más alto del podio. En Tokyo 2020 lo consiguió.

Mutaz Essa Barshim tuvo la oportunidad de competir en Japón por el oro en solitario con el italiano Gianmarco Tamberi, pero en vez de hacer caso al ego, decidió seguir el deportivismo que ha cultivado en su personalidad en su carrera, ya que le preguntó al juez de pista si había posibilidad de compartir el oro.

Tamberi, al escuchar la propuesta de Brashim, no dudó en saltar a sus brazos para celebrar juntos la presea dorada en lo más alto del podio. Una imagen emocionante que fue una muestra clara de amistad y deportivismo en los Juegos Olímpicos, uno de los objetivos principales del Barón de Coubertin con el movimiento olímpico.

El nacido en Doha no solo tiene los metales y los campeonatos, en su palmarés registra la segunda mejor marca mundial de todos los tiempos, que es de 2.43 metros de altura. Aunque cabe destacar, por increíble que parezca, que nada de esto se compara con el gesto que tuvo en Tokio, donde se gestó una de las mejores historias de amistad en el deporte, con el abrazo entre Mutaz Barshim y Gianmarco Tamberi.

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