Ángel Barajas y el sueño latinoamericano hecho realidad en la gimnasia artística

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Los Juegos Olímpicos Paris 2024 vivieron una jornada histórica en la gimnasia artística, al colgarse la medalla de plata en la barra fija, un jovencito colombiano de 17 años de nombre Ángel Barajas.

El atleta cafetero consiguió una medalla que sabe a oro, al obtener el mismo puntaje que el campeón olímpico, el japonés Shinnosuke Oka, pero que por cuestiones de ejecución y por siete centésimas, se quedó con el oro. Es por ello que, nuestro especialista, Alberto Lati, profundizó sobre el tema en el programa ‘París de Noche’.

Por décadas y décadas, más de un siglo, nos hicimos a la idea en América Latina de que ciertos deportes no eran para nosotros, casi como si se tratara de una escandinava especialidad de Olímpicos invernales o de algún curioso deporte. Nosotros nos convencimos de que quizá los latinoamericanos estamos para la gimnasia viéndola con reverencia y admiración, disfrutándola desde la grada, desde el televisor, sin imaginarnos que los nuestros, que las nuestras, pudieran algún día estar entre los más grandes ahí, compitiendo palmo a palmo. Pensábamos quizá que estábamos condenados, determinados por alguna fuerza sobrenatural, a no brillar en esa esfera, la gimnástica.

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Qué difícil tiene que ser incursionar en un deporte en la infancia, cuando asumimos que no hay un camino hacia lo máximo porque un niño o niña latinoamericano, cómo se van atrever a soñar con destacar en gimnasia. Se atreven a soñar con que juegan un Mundial, una Champions League en fútbol o a que son campeones mundiales de boxeo, a que llegan a Grandes Ligas en el béisbol, que pedalean por el Tour de Francia, pero con la gimnasia, cómo atreverse un niño o niña de América Latina a decir ‘yo puedo’ si no hay precedentes. Eso pensábamos, que este deporte era patrimonio de europeos del este, estadounidenses, chinos o japoneses, pero de repente, todo ha cambiado.

La transformación en dos pasos. Comenzó con Rebeca Andrade, la brasileña, en Tokyo, la misma que este día se ha colgado el oro en rutina de piso en París 2024 para irse con cuatro medallas. Claro, desde que emergió Rebeca Andrade, decías es brasileña, destacan en muchos deportes, para Hispanoamérica es más complicado. Eso pensábamos hasta el siguiente paso en esta hecatombe que apareciera un niño con el enorme éxito con el que ha emergido esta vez un hispanoamericano, este colombiano de 17 años, con escasa edad y si la edad era escasa, los complejos eran todavía menos, luchando con toda la personalidad.

Ángel Barajas, perfecto reflejo de lo mejor que nuestra América Latina puede tener. La unión de la familia como arma para superar toda limitación, el sacrificio, el esfuerzo como camino a la cima, las carencias, que las tenemos porque no nos vamos a engañar, no como justificación de por qué no llegué, sino como motivación, como trampolín para decir que pese a eso ahí estoy, contra todo llegué.

Este niño ya tenía clavada en la mente una meta y antes de viajar a París lo dijo claro ‘yo no voy a competir, voy por una medalla’, visión que ha confirmado con muchos pesares. Ser medallista en una disciplina no ajena a Colombia, a la región, en gimnasia artística, entre los estadounidenses, los asiáticos, los europeos del este. Ángel Barajas lo ha hecho.

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