Rulon Gardner, el campeón olímpico que acabó con el invicto del ruso Aleksandr Karelin en Sydney 2000

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Rulon Gardner y su hazaña olímpica en Sydney 2000. | AP

Los Juegos Olímpicos de Sydney 2000 tenían preparada una de esas historias increíbles que nadie hubiera imaginado antes del arranque de la competencia.

La lucha grecorromana tenía como máximo representante al ruso Aleksandr Karelin, quien llegaba como un luchador imbatible, con calidad de invencible y prácticamente con la medalla de oro en el cuello, al ser tricampeón olímpico, sin perder un solo combate internacional en los últimos 13 años, lo que lo ponía como el máximo favorito de la justa.

El torneo avanzó sin mayores sorpresas, llegando el momento de darse la final en los 130kg sobre el tapiz australiano. El Oso Karelin cumplió con las expectativas y ya estaba instalado en la lucha por el oro olímpico, teniendo enfrente al estadounidense Rulon Gardner, quien había hecho un buen trabajo, pero llegaba como la aparente víctima de manera inevitable.

Además de las 887 victorias que presumía el ruso en su palmarés, ninguno de sus rivales había sido capaz de arrebatarle, siquiera, un punto, por lo que Gardner tenía una ‘misión imposible’ enfrente.

El combate arrancó y en el primer round, el ruso buscó su clásico movimiento por excelencia, la elevación invertida, con lo que buscó levantar el cuerpo de su oponente para girarlo en el aire y azotarlo, quedando encima de su rival sobre el piso.

Sin embargo, y a diferencia de lo que tenía acostumbrado, Aleksandr no logró su cometido por el gran tamaño, peso y poderío de su rival, quien logró esquivar el ataque, terminando el primer episodio en empate.

Vino el segundo round, que fue de poder a poder, con ambos luchadores tratando de imponer condiciones. Fue ahí, donde Karelin cometió un error que le costaría muy caro, al romper su bloqueo, cuando estaban amarrados, en un movimiento que puso a funcionar una nueva regla y le dio un punto a Rulon Gardner, quien se puso 1-0 adelante en la batalla por el oro.

Las reglas indican que, si la lucha de dos rounds termina con un atleta ganando por un punto, el combate se va a una prórroga, por lo que hubo tres minutos más de lucha en los que Karelin se lanzó sobre el Granjero, quien aguantó a pie firme para coronarse, de manera increíble, como el nuevo campeón olímpico.

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