“El arbitraje mexicano ha resultado cuestionado y cuestionable tanto en métodos como en criterios tan dispares”

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En otro episodio propio de la Liga MX, un partido de la Fecha 2 que se pospuso porque la cancha del Estadio La Corregidora de Querétaro no estaba, a principios de julio, en condiciones para que se desarrollara en ella un encuentro de fútbol profesional, se jugó entre las jornadas 8 y 9 el partido pendiente entre el conjunto local contra América.

No es el primer partido del Apertura 2023 que se tiene que reprogramar porque el estado del césped no es el adecuado para jugar; casualmente, a América le ha tocado dos veces tener un cambio en su calendario para enfrentarse a rivales con un campo maltratado, solo que esta vez sí se pudo aplazar; el encuentro en el que Atlas recibiría a la Águilas en el Estadio Jalisco en la Fecha 4 se jugó en el Estadio Azteca.

Para un torneo de primera división de cualquier liga esto resulta inconcebible, tener que buscar en el calendario otra fecha para dar tiempo a una cancha de recuperar el buen estado, cuando se tuvo un periodo entre torneos para dar el tratamiento adecuado al césped y ponerlo a punto para que se lleven a cabo los partidos del local; pero los clubes, o los administradores de los estadios no priorizan el fútbol, porque el maltrato a sus canchas no se deben al excesivo uso del campo por fines futbolísticos, son otro tipo de eventos, como conciertos y eventos masivos, los que hacen daño al pasto de las canchas, y esto solo responde a que los inmuebles necesitan ser rentados para estos eventos extra fútbol para poder operar económicamente un recinto al que con los partidos de sus equipos no les alcanza con las entradas que se venden, contradiciendo los dichos de la liga que aseguran que hay mayor afluencia a los estadios; entonces, qué necesidad de ocuparlos con otros fines distintos al fútbol.

América por fin salió del Estadio Azteca, otro detalle de nuestra liga; desde la Jornada 1 el conjunto de las Águilas solo jugó en el Coloso de Santa Úrsula, solamente por Leagues Cup salió de la comodidad de jugar en casa, aunque contra Cruz Azul fungió como visitante, no tuvo que salir de su vestidor.

Fueron cinco partidos después de Leagues Cup, siete en total, en los que el conjunto azulcrema jugó con la ventaja de estar en casa; en total, en el Apertura 2023 América jugará once partidos en el Azteca. Aún con la ventaja que puede suponer no salir de casa, América no tuvo un arranque que convenciera a su entorno, el cambio en la dirección técnico no fue tomado de la mejor manera, el americanismo esperaba a un técnico de alto perfil, ya fuera internacional o mexicano, pero que tuviera en su palmarés un paso por alguna liga o equipo de primer nivel.

Se eligió a Jardine que, aunque tiene en su trayectoria la medalla de oro ganada por Brasil en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, la afición le relacionó únicamente con Atlético San Luis, lo que no le llenó el ojo al aficionado americanista, a pesar de que el equipo potosino salió de terrenos complicados gracias a la gestión del director técnico brasileño, al grado de que la continuidad que se le dio a su auxiliar tiene a San Luis como líder general.

La adaptación de cualquier equipo a un nuevo proyecto, a nuevas ideas y formas de ver el fútbol, puede resultar complicada; el mismo Jardine se ve sorprendido de haber alcanzado el liderato del torneo antes de que se cumpla la mitad del Apertura, pero la posición actual del América también responde a que cuenta con un plantel amplio, con competitividad interna, con variantes y con una nómina con jugadores de gran nivel.

También han ayudado sus cinco partidos consecutivos como local y, por lo menos en el partido frente al Querétaro, decisiones arbitrales que influyen directamente en el marcador. El gol con el que alcanzó el triunfo en la Corregidora pudo haber sido anulado por existir una falta previa, el mismo árbitro central había marcado una falta del jugador que remata a gol sobre el defensa que lo marcaba, a quien le impidió saltar para competir por el balón, pero una llamada del VAR hizo que el juez se retractara de su decisión y dio por bueno el tanto con el que América se ponía en ventaja y con el que alcanzaría los puntos necesarios para llegar a la cima de la tabla general.

Después de una Fecha 8 en la que hubo varias jugadas que el arbitraje no tomó las mejores decisiones, resultaba importante que, por lo menos en un encuentro, el arbitraje resultara inmaculado; hasta el momento del segundo gol de América, el trabajo del árbitro central había sido decente, incluso bueno, pero la corrección que le hicieron desde el VAR pone, de nuevo, sobre la mesa la discusión del momento que está viviendo el arbitraje mexicano, que ha resultado cuestionado y cuestionable tanto en métodos como en criterios tan dispares. Los resultados que determinan las posiciones en la tabla general se ven raspados por las dudas que genera el actuar disparejo de cada árbitro central.