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Se presentó un informe de los 100 días que lleva la nueva estructura de la administración que encabezan Juan Carlos Rodríguez, como alto comisionado, e Ivar Sisniega, presidente de la Federación, en la que se informó que, prácticamente, no ha habido ningún cambio comparado con la estructura anterior, dando a entender que tampoco habrá los grandes cambios en materia deportiva y de competencia que espera la afición y el entorno del balompié nacional; pero, que sí está planeado mejorar la experiencia del aficionado en cada partido. Mayor seguridad en cada estadio, mejoramiento de las canchas e iluminación, mejor conectividad a internet para los asistentes.
Si algo se le puede tomar como ejemplo a la MLS, ahora que la Liga MX se siente tan cercana a su símil estadounidense, es la capacidad de organización que existe y que une por el bien común las metas y métodos a seguir como liga. En nuestro fútbol profesional es muy evidente que la rivalidad que existe entre determinados clubes no permite que haya un trabajo conjunto para mejorar la institución que les congrega, la FMF; muy pocos equipos apuestan por un trabajo en conjunto y se nota que cada uno quiere llevar agua a su propio molino.
La principal diferencia se encuentra en las nóminas de los equipos, mientras algunos clubes tienen plantillas de un valor que podría medirse en cualquier liga de alta gama, existen otros que apenas pueden conformar un plantel con jugadores que no tienen cartas tan valuadas y que, a través de préstamos cada semestre, cambian sus alineaciones evitando el arraigo con la afición. La Federación no tiene un plan para poner un techo presupuestal que todos puedan alcanzar, en las ligas de los deportes más populares de Estados Unidos, incluido el fútbol, existe un tope salarial para que no haya tanta diferencia entre los equipos de dichas ligas.
En la reunión de socios, se habló del mejoramiento de la experiencia del aficionado que visita un estadio, pero, a parte de la seguridad, los otros puntos resultan superfluos y sin un impacto directo en el espectáculo que la afición va a disfrutar a cualquier cancha: el juego de fútbol. Parece innecesario que la liga o federación haga un gasto del 100% de sus ingresos en conectividad e iluminación, cuando la competencia en sí deja mucho que desear. Tal vez el aficionado preferiría un torneo en el que haya ascenso y descenso, para elevar el compromiso de cada club por jugar por la permanencia y evitar la quema, esto genera gran emoción; el regreso de equipos mexicanos a torneos internacionales de probada calidad, como Copa Libertadores o Copa Sudamericana, que son competencias con mucho arraigo e historia, que la liga o algunos otros intereses no se inventen torneos sacados de la manga para generar recursos económicos, sin que exista un avance deportivo, como el esbirro que resultó Leagues Cup, de donde solo salieron jugadores con sobre carga muscular; que también se pondere la presencia de jugadores formados en México, que se reduzca la cantidad de elementos de importación para poder tener unas selecciones, en todas sus categorías, capaces de competir.
El fútbol mexicano atraviesa por un momento complicado y, en 100 días de la nueva gestión, no se han presentado las soluciones necesarias para salir de la crisis. Existen temas que resultan primordiales para que esto suceda: la multipropiedad, el ascenso y descenso, la búsqueda de participación en competencias que trasciendan, pero nada de esto está contemplado por los encargados administrativos de nuestro balompié. La Liga MX se asemeja cada vez más a cualquier liga amateur que existe en nuestro país, en lugar de diferenciarse cada vez más con la profesionalización tanto de métodos como el mismo deporte.
Para muestra un botón: Chivas pretende ganar tres puntos en la mesa que perdió en la cancha contra Mazatlán porque el equipo Cañonero alineó a un jugador que tenía cinco tarjetas amarillas acumuladas; pero la Comisión Disciplinaria, encargada de dar aviso de los jugadores suspendidos por acumulación de tarjetas, argumenta un error en el sistema que impidió informar al equipo mazatleco sobre la suspensión de dicho jugador. Eso es lo que el aficionado espera que se mejore, en todo caso que no vuelva a suceder, no su comodidad en los estadios.