“El fútbol mexicano tiene que apuntar hacia otros objetivos que no sea el tener ganancias económicas al por mayor”

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El fútbol mexicano tuvo un complicado 2023. Imago 7
El fútbol mexicano tuvo un complicado 2023. Imago 7

Termino el Apertura 2023, un torneo que destacó por el número de interrupciones, aplazamiento de partidos y uno que otro marcador ganado, y perdido, en la mesa.

No pasaron más que tres jornadas de inicio y llegó la primera interrupción para dar paso a un torneo sacado de la manga por las administraciones de la Liga MX y MLS, la Leagues Cup enfrentaba a los equipos de las dos organizaciones del fútbol en Norteamérica con mayor exposición; una competencia que en otros tiempos podría parecer fútil, por la distancia que existía entre los dos balompiés, ahora resultó un espejo en el que la liga mexicana se vio de cuerpo completo y observo cada uno de sus falencias consecuencia de la disminución de la calidad de competencia que existe a partir de distintas modificaciones a los reglamentos, sobre todo, la desaparición del incentivo que significa el ascenso y descenso; los equipos de Primera División juegan muy cómodos a sabiendas de que no habrá una consecuencia deportiva por su mal rendimiento durante la fase regular del torneo.

Las directivas sufren una repercusión económica que no toca el orgullo de nadie por bajar de categoría, además, la liga repartirá a los clubes parte del dinero generado durante la temporada, para ciertos temas en específico, pero con lo que se podrá paliar el déficit que pueda generar la multa por quedar en los últimos lugares de la tabla de porcentaje.

El Mundial de Qatar fue una gran llamada de atención, sobre la crisis que ya venía mostrándose desde las competencias en las que la selección mexicana dejó de dominar. Ya no se es el gigante del área, y por el contrario han surgido rivales que antes no parecían poder dar batalla, pero que, con base en el trabajo de sus individualidades, empujando por su exportación a ligas de mayor jerarquía, han dado pasos agigantados para poder emparejarse con el equipo tricolor.

Desde Estados Unidos, Canadá, Jamaica y hasta Honduras, tienen acomodados jugadores en equipos en Europa, algunos en grandes clubes, otros, en conjuntos más modestos, pero que se enfrentan con periodicidad a las grandes potencias. En México hay una desaceleración en la salida de jugadores nacionales a clubes europeos: aquí, después de algunos partidos o temporadas ya ganan millones de pesos y no existe el hambre por salir a competir a un fútbol que exige más, pero que, de principio paga menos.

El fútbol mexicano tiene que apuntar hacia otros objetivos que no sea el tener ganancias económicas al por mayor; sin duda es un gran avance que la profesionalización del fútbol pueda cubrir las necesidades del futbolista, pero esto sucede solo en la Primera División varonil, hay un gran terreno por avanzar en otras categorías y en la rama femenil que, aún teniendo algunas entradas récord en estadios, en la final, por ejemplo, no logra tener un piso económicamente estable, y que, cuando se habla de homologación de salarios o un sueldo que pueda ser más  atractivo para evitar la fuga de talentos, se amenaza la estabilidad de la liga. Son pocos, muy pocos, los equipos de la versión femenil de la Liga MX, que realmente compiten cada semestre; son instituciones, clubes que, invierten si no a la par, sí de manera considerable en las dos ramas, femenil y varonil. El resto parecen comparsas en un torneo en el que brillan los mismo tres o cuatro clubes.

En el periodo que viene para el cambio de año y semestre futbolístico, las autoridades de la liga tienen tiempo para reflexionar sobre las necesidades de una liga y un fútbol que parece haberse atrasado, que ni siquiera a nivel de clubes puede competir seriamente en la zona de Concacaf, hay que recordar que fueron varios clubes los que regresaron a casa después de la primera fase del torneo interligas, sin importar si eran grandes o no.

A nivel Selección también se nota cada vez que hay un enfrentamiento; desde el triunfo en Copa Oro, el equipo nacional se ha visto en un camino lleno de altibajos que no terminan de convencer a nadie de cara al próximo Mundial.

La selección mexicana tiene poco margen para prepararse como anfitrión en 2026, la mayor prueba llegará con la participación en Copa América 2024; México estará en el Grupo B, al que llegó como cabeza de serie, a pesar del descenso en el Ranking de FIFA, en el que enfrentará a Ecuador, Jamaica y Venezuela, un grupo en el que pudo llegar confiado en otros tiempos, pero que ahora preocupa que no se pueda avanzar de fase.

Así ha disminuido la confianza en el fútbol mexicano, consecuencia del manejo administrativo que sigue sin obedecer a su esencia, que prioriza y festeja los números financieros, pero no los avances deportivos.

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