Restan tres instancias en la Leagues Cup, cuartos, semis y la gran final, y cuando se especulaba que habría más equipos de Liga MX, la realidad solo refleja apenas dos, Querétaro y Monterrey.
Sin duda ha sido un torneo muy cómodo para los equipos de MLS que no han tenido que hacer largos traslados par cumplir con sus compromisos; entre la primera sede a la que llegó Monterrey, contra Real Salt Lake en Utah, a la última en Houston, hay una distancia de casi 2,400 km, eso si su travesía fuese directa, pero el conjunto regiomontano tuvo que pasar por Seattle y Portland antes de llegar a Texas donde se enfrentó a Tigres y su siguiente encuentro será en Los Ángeles, frente a LAFC, para sumar aún más kilómetros a su programa de viajero; en total, casi 6,200 km de traslados en avión, una cifra alta para los quince días que lleva en competencia, eso sin contar su salida desde la capital Regia.
Querétaro hará un viaje de 2,260 km, que inició desde Philadelphia y volverá a esa ciudad para enfrentar por segunda vez al equipo local, está vez por el pase a semifinales; el partido de la primera ronda de grupos terminó 5-1 a favor del equipo estadounidense.
El sueño de los directivos mexicanos, que pujaron por muchos años por la realización de un torneo entre la Liga MX y la MLS, se ha convertido en una pesadilla; solo Monterrey queda como participante de alto perfil, es el último equipo que puede presumir los millones que se invierten en el torneo mexicano, porque Querétaro ha sido un equipo abandonado por sus dueños, aunque ha logrado mostrar la dignidad que le sobra, pues desde el semestre pasado fue apartado de su lugar en la Liguilla por ser uno de los equipos que no alcanzó el promedio para, en tiempos normales, seguir compitiendo en Primera División.
Pero las grandes cartas de la Liga MX para el torneo interligas han ido cayendo una por una ante rivales que han aprovechado su ventaja; Chivas, Cruz Azul, Santos, Toluca y hasta América han sido víctimas de una combinación de su propia confianza excesiva, un torneo planeado para el desgaste por traslados y decisiones arbitrales dignas de Concacaf.
Planeado para recaudar dólares, la Leagues Cup ha sido un torneo en el que ni siquiera en lo económico le ha convenido a los equipos del fútbol mexicano; por la participación, a cada equipo se le otorgan 200 mil dólares y otros cien mil por cada victoria, es decir, si un equipo mexicano llegara a la final ganando cada uno de sus encuentros sumaría un total de 900 mil dólares, cuando, por ejemplo, América y Chivas pueden pactar juegos amistosos en Estados Unidos hasta por un millón de los billetes verdes, sin el desgaste y la humillación que ha significado enfrentar y perder contra equipos de MLS.
Muchos de los clubes mexicanos han externado sus quejas al respecto de la planeación del torneo interligas, que beneficia descaradamente a los equipos de MLS; para seguir con el ejemplo de Monterrey, LAFC no jugó los partidos de la fase de grupos; por ser el campeón vigente de la liga estadounidense, se colocó de manera directa en la instancia de dieciseisavos de final, además ha solicitado, y se le concedió, el adelanto de un día de su encuentro frente a Rayados, lo que restó un día de descanso a los dirigidos por el Tano Ortiz y concede aún más ventaja a los angelinos.
El gran perdedor de esta grotesca competencia es, sin duda, el torneo mexicano; no solo queda mal parado por las tremendas derrotas que sus representantes se llevaron a casa, también pierde toda la seriedad cuando el Apertura 2023 se tuvo que detener en su tercera jornada para que todos los clubes hicieran un viaje larguísimo para mostrar muy poco.
Cuando el fútbol en México lo que necesita es cerrar filas, y en todo caso fronteras, para lograr una consolidación, cuando se necesita que regrese el ascenso y el descenso y con ellos un torneo de Copa que pueda dar competitividad a los equipos que pretenden subir de categoría, se opta por hacer a un lado a aquellos que no cumplen un perfil muy exigente y se prioriza la posible acumulación de dólares, aunque ya vimos que no es tan conveniente para algunos clubes.
Las verdaderas razones, y ganancias, del porqué se realizó tan disparejo torneo no las sabemos, el sueño de unificar las ligas de Norteamérica se desdibuja ante el fiasco que ha resultado para el balompié nacional ir a enfrentar a equipos de MLS, y pensar que se añora la participación de clubes mexicanos en Copa Libertadores, con el nivel al que han caído, sería un error aún más grande que esta Leagues Cup.