La supuesta reestructuración del fútbol mexicano

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Guillermo Almada cree que la elección de Cocca fue “la mejor decisión”
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Quedan pocos días para que se cumpla el plazo que se dio la Federación Mexicana para entregar un reporte que explique por completo de lo sucedido en el último ciclo mundialista, un periodo de casi cuatro años en los que el futbol de selecciones nacionales  retrocedió visiblemente; no se calificó a los próximos Juegos Olímpicos de Paris 2024 en ninguna de la ramas; a pesar de contar con una liga femenil profesional desde hace más de cinco años, tampoco se llegó a la meta de ganar un lugar para el Mundial que se jugará en Australia este 2023; la selección sub 20 se quedó fuera de la Copa de su categoría; y, como cereza en el pastel, la selección mexicana varonil tuvo una de sus peores competencias al terminar lejos de clasificar a la ronda de octavos de final en Qatar 2022.

El seleccionado mayor había levantado alguna esperanza en el cambio de timonel a partir de Rusia 2018; se trajo a un entrenador que, además de ganar mucho dinero, se podía considerar como uno de los técnicos top, o abajito de ellos, en el mundo futbolístico; pasó por los cotizados banquillos de Barcelona y Argentina, pero sin poder trascender, dirigió en el club catalán y en la albiceleste a Lionel Messi en años más mozos y tampoco logró sacar mayor jugo al mejor jugador del mundo.

Con motivo de la supuesta reestructuración del organigrama de las selecciones nacionales, en la junta de dueños de los equipos del fútbol mexicano, se eligió a un nuevo director de los representativos, tanto varonil como femenil, que estará por encima de los directores deportivos correspondientes y que tendrá línea directa con un comité de, precisamente, dueños de algunos equipos de Primera División, en los que destacan Santos, América, Necaxa y Tijuana, entre otros pocos más.

Contrariamente a lo que se hubiera esperado después de ver el fiasco que significó Catar, los mandamas del balón en México, no dieron un paso al costado para permitir que el fútbol sea manejado por personas que sepan más sobre el deporte que sobre el negocio. Ahora, un grupo que pretende representar los intereses de los dueños tendrá acceso directo a las decisiones tanto comerciales como deportivas dentro de los representativos nacionales, tratando de evitar que sea el próximo director técnico el único, o mayor responsable, de lo que se hace o no dentro del tricolor.

Cuando el verdadero problema de el futbol mexicano es que hay demasiado interés por los negocios, las compras y ventas de jugadores en precios altísimos, que no pagan en otra parte del mundo y solo inflan el valor de los clubes mexicanos que pueden tener nóminas de arriba de 60 millones de euros, pero que no representan futbolísticamente su valor monetario. En México el negocio está en traer jugadores de Sudamérica con valor mediano, esperar que den un buen torneo y venderles en una millonada a otro equipo mexicano, mientras los jóvenes futbolistas que se forman dentro del país, esperan la oportunidad de ser considerados para el primer equipo de su institución, a veces, ya son mayores en edad cuando cumplen el sueño de su debut y no alcanzan a consolidarse frente a las grandes inversiones que significan traer a un jugador foráneo.

En la supuesta reestructuración del fútbol mexicano no se habla de la posibilidad de regresar el ascenso y descenso a los torneos profesionales, esa decisión casi antideportiva que tomaron los mismos dueños que estarán a cargo de las selecciones, seguirá inamovible. Ahora se tendrá como competencia internacional en la que participen clubes mexicanos, una liga en la que se enfrentarán a los equipos de la MLS, alejándose tajantemente de las copas de CONMEBOL que resultaban incomodas, hostiles, pero muy productivas en los deportivo, par acercarse al confort y los apapachos que pueden recibir los conjuntos de la liga mexicana en Estados Unidos a través de los paisanos residentes en ese país que cargan una nostalgia por ver los colores de los equipos de sus amores. Más negocio.

Parece que el balompié nacional  cambia muy poco, falta que sea elegido el próximo entrenador de la selección varonil; parece que la decisión del nuevo timonel se centra en técnicos que ya conozcan el fútbol mexicano, uno que podría repetir y otro que se ha adaptado rápidamente a las formas; esto sería un acierto entre tantos errores, no buscar en el firmamento a alguien que con mucho cartel puede irse tranquilo a casa después de un fracaso. Son pocos días los que restan para saber cómo será el nuevo proyecto de selecciones y quién será el encargado de un nuevo proceso mundialista, que tendrá poco tiempo y pocos partidos de preparación, de cara al próximo Mundial en el que se tendrá que hacer un mejor papel, pues se jugará de local.

Al final, ya sabemos lo que se va a decir; mucho pretexto, poca responsabilidad y nada de seriedad. Resulta increíble pensar que hay verdadera disposición para cambiar un modelo que ha dado mucho dinero, sin importar lo poco que se ha avanzado futbolísticamente, deportivamente. Parece que lo que vamos a escuchar de la supuesta reestructuración será de risa.