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Ha pasado un mes desde que, a los de pantalón largo de la Real Federación Española de Futbol y a la misma FIFA, como decimos coloquialmente en México, les explotó la “bomba” en las manos.
Desde hace más de un año, la selección española de fútbol partía como una de las naciones favoritas a quedarse con el título del orbe, 10 meses antes de la justa deportiva los vientos de cambio comenzaron a soplar, aunque hubo quien se negó e instó a las futbolistas a ofrecer disculpas a Jorge Vilda, entrenador de la Furia Roja femenina porque algunas osaron pedir un cambio profundo.
Esa misma persona que no vio, o no quiso ver, lo que estaba ocurriendo dentro de la RFEF con el futbol femenil, fue la víctima real de esas desatenciones, de pasar por alto denuncias, de hacer mofa del sentir de sus jugadoras, de no buscar un cambio en conjunto y, por supuesto, de darle “un piquito” a una futbolista y cargar a otra en pleno festejo por la obtención del Mundial del Futbol femenil.
Es un mes que parece haber transcurrido en una eternidad.
Del título conseguido por España en Australia-Nueva Zelanda casi nadie habla, la atención se la robó, de nueva cuenta, Luis Rubiales, el de pantalón largo, el que no se quiso hacer responsable de la gravedad de sus actos y no, no sólo fue por el beso, ese beso fue la consecuencia de lo que se esconde debajo de la alfombra, es solo el pico de la montaña de cosas que ocurren dentro del deporte y que muchos nos negamos a ver.
Un Rubiales que pasó del “¡NO VOY A DIMITIR!” a renunciar a su cargo, tras la destitución de Jorge Vilda como director técnico.
A un mes de distancia se han escuchado voces que defienden y atacan, se han realizado cambios internos de carácter urgente en la RFEF, uno de ellos, el nombramiento de Montse Tomé como entrenadora de la selección mayor; jugadoras siguen alzando la voz y las 23 campeonas del mundo que se mantienen con la firme intención de no asistir a convocatorias futuras, incluida la fecha FIFA actual, si el cambio no es de fondo y real.
Por lo pronto Jenni Hermoso no fue convocada, sigue disfrutando del deporte que ama en México, bajo el cobijo del Club Pachuca y sus compañeras de equipo; a distancia y siendo el personaje principal de esta historia, observa, analiza lo que sucedió, lo que continúa pasando, sin duda esto es un parteaguas para futuras generaciones.
Los vientos de cambios soplan con fuerza en el fútbol femenil de España… en el balompié mundial.