Por: Daniel Aboumrad.
Queridos amigos, después de haberme ausentado por un buen rato de este espacio, regreso a tratar de distraer su atención con mis comentarios sobre nuestro hermoso deporte, el golf.
Y qué mejor momento, que estos dos temas calientitos que acaparan actualmente toda nuestra atención.
El español Jon Rahm; gran golfista, competitivo, joven, en plenitud de su carrera, carismático, educado, no hace mucho jugador número uno del mundo, etc… quien una vez dijo que no había forma de dejar el tour por su tradición, por lo que significaba, por Ballesteros, por ver su nombre en copas junto al de Nicklaus, Palmer, Player, Jones y más. También dijo que si en ese momento le daban 400 millones de dólares, su vida no cambiaría y no abandonaría al PGA TOUR a ningún precio.
¿Pues que creen amigos? Pues que sí la cambió… ¡Rahm se va a la LIV!
No se sabe bien el monto, pero curiosamente se habla de cerca de 500 millones, en una combinación de pago directo y un esquema de porcentajes que no se ha dado a conocer bien cómo funciona, pero pues el hecho es que ante esos montos, no hay nada que discutir. Hoy Rahm está poniendo cualquier cantidad de excusas, pero la verdad no hay más que una, el billete es el billete.
Sin duda, es una enorme pérdida para el PGA TOUR y ahora falta ver qué hacen los europeos para la próxima Ryder Cup en 2025 ¿Cambiarán sus reglas o se quedará el equipo sin Jon Rahm?
Después de varios años de discusiones, parece ser que las distintas autoridades que gobiernan el golf alrededor del mundo, ya se pusieron de acuerdo en el polémico tema de la distancia que recorre la bola. El famoso Rollback.
A raíz de que hoy en día los jóvenes golfistas cada vez le dan más velocidad al bastón, bajan con más furia y le pegan mejor a la bola; esto se traduce en distancias que ya rayan en lo absurdo y, por lógica, los campos empiezan a quedarse cortos en tamaño. Créanme que ya no hay forma de construir campos más largos o estarle buscando rinconcitos a los campos actuales para echar para atrás las marcas y hacerlos más largos.
De manera que, a partir del 2028 para profesionales y 2030 para nosotros los humanos, la bola viajará menos. Se habla de que a lo mucho no llegará al cinco por ciento menos, pero eso créanme que será muy importante para los campos de golf.
Personalmente, la medida me parece buena. Si mañana un campo de siete mil 200 yardas se te hace largo por la distancia de la bola, pues vete a la tees de más adelante y se acabó el asunto. A todo nos vamos a acostumbrar, mientras sea igual para el golf de élite y para el amateur.
¡Hasta la próxima!