Inició la Liga de Campeones de Concacaf, directamente a octavos de final. Se enfrentaron 16 equipos, los mejor colocados en el periodo de un año en sus respectivas ligas. La Liga MX aporta cuatro clubes que fueron campeón y subcampeón en los dos semestres, esta vez: Atlas, León, Pachuca y Tigres son los que buscarán regresar al fútbol mexicano a un Mundial de Clubes. Cuatro equipos de Estados Unidos, uno de Canadá, uno del Caribe y seis de Centroamérica completan los participantes del torneo continental.
Cuando podía parecer complicado que el fútbol de la zona pudiera alcanzar al mexicano, la MLS empezó a acercarse hasta que, en la edición pasada de la competencia, por primera vez un equipo estadounidense venció en la final y consiguieron el pase al ‘Mundialito’.
Hasta el momento, los equipos mexicanos que ya tuvieron participación en octavos lograron su pase a cuartos sufriendo de más, pues tanto Atlas como Tigres tuvieron un resultado poco y nada favorable en la ida de la serie. Atlas perdió en la visita a Olimpia en Honduras con marcador de 4-1, para volver al Estadio Jalisco y hacer una remontada importante.
Tigres empató a cero goles en casa el primer partido, en la vuelta igualaron a un gol contra Orlando City, lo que otorgó el pase al conjunto mexicano por anotar como visita. Restan los encuentros de la vuelta para León y Pachuca; solo la Fiera salió con un resultado positivo de su viaje a Panamá, es prudente esperar, pero la lógica indica que en su estadio podrá terminar con el trabajo de eliminar a Tauro; en Pachuca también se espera que se pueda romper el empate a ceros.
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Más allá de lo que suceda en los partidos que restan de octavos de final, llama la atención la dificultad que tuvieron los clubes de la Liga MX en su primer partido; solo Tigres jugó la ida como local, pero el juego no contagió a la afición para hacer pesar la casa. El equipo universitario no ha sido constante en sus últimos partidos de la liga y arrastró hasta la competencia continental su disminuido entendimiento dentro de la cancha. El exceso de confianza que mostró Nahuel Guzmán el partido de vuelta contrasta con la forma en la que casi son eliminados en una jugada de último minuto que pudo cambiar la historia, a raíz de una mala salida del portero de Tigres, incluso en el gol del empate de Orlando City tuvo responsabilidad con una mala salida y rechace.
Atlas fue sombra y luz en su eliminatoria, la derrota en Honduras pareció la puerta de entrada a una crisis; en la liga mexicana se encuentra en el lugar 16, sin un solo triunfo en los últimos 10 partidos, algo que ya prende las alarmas del más reciente equipo bicampeón. Las formas de perder tampoco fueron las mejores, Julián Quiñones pidió no jugar el partido de ida de octavos contra Olimpia, explicando que no se sentía en el mejor momento para competir, llevándose críticas de propios y extraños, pues su aporte específico es casi esencial para el desarrollo ofensivo del conjunto rojinegro. En el partido de vuelta, Atlas dio el primer paso para enderezar el barco; logró un partido perfecto, sin anotación en contra y con una actuación de Quiñones que cambia por halagos las anteriores críticas.
Es notable el acercamiento de los equipos de la zona, no ha resultado una competencia sencilla para los conjuntos mexicanos; desde la final de la edición pasada de la Liga de Campeones de Concacaf en la que Pumas perdió ante Seattle Sounders, es visible que no existe más una jerarquía o dominio del fútbol nacional sobre el de las otras federaciones.
Es necesario que los clubes de la Liga Mx que participan en esta edición recuperen un poco del lugar perdido en los últimos cuatro años, sin duda los más complicados y turbios de nuestro balompié, que de alguna forma, explican los malos resultados en competencias, ya sea a nivel de clubes o a nivel de selecciones.