El verano está apunto de comenzar y, a pesar de que las ligas empiezan a tomarse el descanso necesario para que los equipos puedan desarmarse y armase de nuevo, algunas selecciones tendrán actividad en los meses de junio, julio y agosto.
Mundial Femenil, el gran platillo
El platillo futbolero más importante pudiera ser el próximo Mundial Femenil a jugarse en Nueva Zelanda. Por primera vez en la historia de esta competencia todas las jugadoras recibirán un pago por parte de FIFA acorde a su participación en un evento que, desde ediciones anteriores, genera una derrama económica importante para el organismo de futbol y sus organizadores.
Con un presupuesto casi del doble a las primeras ediciones, era importante que las protagonistas del evento mundialista se vieran respaldadas no solo por buenas intenciones; así países afiliados que aún no profesionalizan su fútbol femenil podrán empezar a transitar por el camino adecuado del pago justo a sus jugadoras.
Desafortunadamente para el fútbol mexicano, la selección femenil que lo representaría no alcanzó la calificación, por lo que esperaremos a una nueva generación de jugadoras, que ya ganaron su lugar en el Mundial Femenil sub 20, para que representen a México y los avances de la liga.
El Tri mayor, con grandes retos
Este 15 de junio, la selección mayor verá acción contra su similar de Estados Unidos en la semifinal de la Concacaf Nations League, en donde el conjunto de las barras y las estrellas no llegará con sus seleccionados que participan en equipos europeos; pero México sí, ahí estarán la mayoría de jugadores, solo se perderán, tanto este partido, como Copa Oro, aquellos que están lastimados: Hirving Lozano, Jesús Manuel Corona y Raúl Jiménez, que no han podido sanar sus respectivas lesiones y se prefiere que tengan un buen descanso.
Los tres tienen un posible futuro fuera de los clubes que ahora les arropan, por lo que es necesario que se pongan a punto, ya sea para mantener su lugar o para llegar a otro conjunto en Europa donde puedan mantener un buen nivel. Son el pie veterano que lidera el proceso de cara al Mundial 2026 que se jugará en Norte América, por lo que es importante para la Selección que se recuperen de buena forma.
Objetivos claros
La exigencia para la selección mexicana es, no puede ser de otra manera, el campeonato, tanto en Liga de Naciones, como en Copa Oro; aún siendo torneos que se superponen, pues hay selecciones que repiten en las dos competencias. Pero Concacaf está dispuesta a dar pan con lo mismo mientras las entradas de los estadios sigan siendo llenos que apelan a la nostalgia de ver un partido de fútbol en una tierra extranjera.
No solo se apela a los mexicanos que viven en E.U., hay distintas nacionalidades que también buscan un mejor lugar para sus futuros y que aprovechan los torneos continentales para acercarse de nuevo a sus raíces, aunque sea como aficionados al fútbol.
El 24 de junio dará comienzo la Copa Oro, con la participación de 12 selecciones de Concacaf y Qatar como selección invitada; México se encuentra en el Grupo B, donde también está el equipo asiático, Honduras y Haití. Parece un grupo duro de roer, además de ser el único con 4 equipos, por lo que se complicaría aún más.
Copa Oro, con contrastes
Sin duda la expectativa es que la selección nacional avance de la fase de grupos sin muchos contratiempos, aunque en el fútbol moderno no existen equipos pequeños, tiene que haber una coherencia que vaya de acuerdo a lo que se invierte en la liga mexicana en comparación con las centroamericanas o caribeñas.
Los partidos más complicados llegarían después de la fase de grupos, en instancias donde se puede enfrentar a selecciones como Costa Rica, la misma estadounidense o Canadá que han hecho otro tipo de mejoras en el desarrollo de sus equipos, no necesariamente apuntalando sus ligas, pero permitiendo que sus jugadores lleguen a equipos y ligas de mayor exigencia; ya no son solo estás cuatro, incluyendo a México las que tienen activos en Europa, por ejemplo; aun sin estar en los máximos circuitos europeos, la selección de Jamaica cuenta con varios elementos jugando en las divisiones de ascenso en Inglaterra, algo que eleva la competitividad de su conjunto nacional.
El verano podría ser peligroso para las aspiraciones del cuerpo técnico que tomó las riendas de la selección mexicana, en caso de no lograr resultados contundentes y convincentes, que serían llegar a las finales de los dos torneos, sería difícil justificar su permanencia; no existe un plan B, pero parece que con la mayor injerencia con la que cuentan los dueños del fútbol mexicano en tema de selecciones, a partir de las invisible reestructuración, pueden, en cualquier momento dar un manotazo en la mesa para cambiar el rumbo y las decisiones sobre los equipos nacionales.