¿Llegará el Ozempic al deporte? La Agencia Mundial Antidopaje levanta la voz de alarma
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La imagen ha sacudido la opinión pública en Estados Unidos. En ella se ve a Barbie Ferreira, actriz conocida por su papel en la serie Euphoria, posando frente al espejo. Lo chocante, lo que ha desatado la controversia en medios de comunicación y redes sociales, es su aspecto físico. Acostumbrada a lucir un cuerpo no normativo y a hacer gala de ello bajo el paraguas del movimiento ‘body positive’, Ferreira aparece en la fotografía delgada y difícilmente reconocible.
Lo que supuestamente hay detrás del cambio físico de la actriz neoyorquina, no solo no es ningún secreto, sino que, según muchas voces, tiene nombre propio: Ozempic. Este medicamento, compuesto por semaglutida y destinado al tratamiento de la diabetes tipo 2 y la obesidad, se ha convertido en el mayor fenómeno médico del último lustro en Estados Unidos. Celebridades como Elon Musk, Whoopi Goldberg, Oprah Winfrey, Kim Kardashian o Billie Jean King han reconocido recurrir a él para bajar de peso a marchas forzadas.
El funcionamiento del fármaco, a priori, es bien sencillo. Una dosis semanal, es decir, un pinchazo con la correspondiente jeringuilla, reduce el apetito y garantiza resultados al mes de comenzar el tratamiento. ¿El precio? En torno a 140 euros mensuales, aunque otros medicamentos similares como Wegovy o Mounjaro, comercializados en España y otros tantos países, ascienden a 180 o 270 euros al mes respectivamente. Más incertidumbre existe todavía en torno a los posibles efectos secundarios, especialmente en pacientes sin diabetes diagnosticada o cuyo páncreas ya libera insulina de manera natural.
Los cambios, cuentan los usuarios que lo han probado, saltan a la vista. “No es algo de lo que deba avergonzarme, he sentido un alivio inmenso“, ha asegurado la televisiva Oprah Winfrey, criticada con ahínco en Estados Unidos por el mismo motivo que Ferreira: recurrir a un fármaco para adelgazar después de haber abanderado el movimiento ‘body positive’; en su caso, invirtiendo más de seis millones de euros en WeightWatchers, una de las empresas norteamericanas destinadas a ofrecer servicios de control de peso.
¿Llegará el Ozempic al deporte?
En el deporte de élite, no obstante, todavía hay demasiadas incógnitas por despejar antes de analizar la posible llegada de Ozempic a los vestuarios. La primera de todas, y sumada, claro, a la ya mencionada de los efectos secundarios, es el posible beneficio del medicamento en los deportistas. Perder peso está bien, sí, y estéticamente puede satisfacer los deseos de mucha gente, ¿pero es capaz Ozempic de brindar una ventaja competitiva a nivel profesional?
Miguel del Valle, médico deportivo, catedrático de la Universidad de Oviedo y presidente de la Sociedad Española de Medicina en el Deporte (SEMED), lo tiene claro. “A priori, su mecanismo de acción y efectos no benefician el rendimiento deportivo“, explica por teléfono a Relevo. “No creo que sea interesante si una persona busca mejorar su desempeño en un deporte de élite”.
Así, la llegada de estas jeringuillas al deporte profesional carecería de sentido, al menos de momento. A expensas de que se conozca algún caso en la élite, si es que eso sucede algún día, la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) ya ha levantado la voz de alarma ante un medicamento cuyos riesgos son de lo más variados: “posibles tumores en la tiroides, incluso cáncer; inflamación del páncreas, cambios en la vista, hipoglucemia, insuficiencia renal, reacciones alérgicas o problemas en la vesícula biliar”, según el propio prospecto de Ozempic.
Hace poco más de un año, en octubre de 2023, el órgano que rige el dopaje a nivel mundial añadió la semaglutida —el principal componente de Ozempic— a su lista de seguimiento, esto es, a la terna de fármacos que mantiene cada año bajo la lupa para valorar su posible prohibición en septiembre de 2025, fecha de la próxima revisión anual.
Ahora, en respuesta a Relevo, la AMA ha dejado claras sus intenciones. “La semaglutida es una sustancia que se está utilizando cada vez más en la sociedad, hasta el punto de que su uso está ya bastante extendido”, han asegurado fuentes de la agencia a Relevo. “Estamos rastreando sus patrones para detectar posibles usos indebidos de esta sustancia en el deporte“.
“A mí no me consta que esto se esté usando“, asegura a este medio una voz autorizada en el ciclismo, uno de las disciplinas, junto al atletismo o los deportes de contacto, cuyos deportistas podrían verse beneficiados en momentos señalados por una hipotética pérdida de peso acelerada. “Antiguamente se veía el uso de carnitina, especialmente de forma intravenosa… ¡Aquello te hacía perder peso a marchas forzadas!”.
En otra de las disciplinas teóricamente vinculadas a las bondades del medicamento, las artes marciales mixtas (MMA), castigadas siempre con los salvajes cortes de peso previos a los combates, uno de los grandes peleadores de la Ultimate Fighting Championship (UFC) se ha pronunciado al respecto.
“Conozco a gente que ha utilizado Ozempic y sí, se pierde mucho peso“, ha declarado Sean O’Malley, campeón del peso gallo hasta el pasado 15 de septiembre y, por tamaño, uno de los posibles rivales de Ilia Topuria en el futuro. “No creo que sea algo que debamos hacer, la verdad. No tengo muy claro qué base científica hay detrás, pero, uf, creo que te puede joder, puede apagar los sensores de tu cerebro, y eso no me gusta. Prefiero el trabajo duro a la antigua usanza. El ejercicio de toda la vida es la respuesta para tener una vida sana”.