¿Alguna vez te has preguntado porque los husbandos suelen tener el cabello largo, rasgos femeninos y pestañas imposiblemente largas? ¿Por qué los protagonistas de muchos animes o los intereses románticos de los personajes femeninos suelen ser medio andróginos y hasta delicados en sus facciones? Todo es culpa de una persona, el actor sueco Björn Andrésen.
Si miramos el rostro de Andrésen, inmediatamente se nos viene a la mente el rostro arquetípico del galán del anime y el manga, pero, ¿por qué? Todo tiene que ver con su participación en la cinta Muerte en Venecia. Esta película tuvo un gran impacto en Japón y resonó particularmente con mangakas, que estaban obsesionados (principalmente las autoras femeninas) con el que fuera conocido como el “hombre más bello del mundo“.
Por ejemplo, Keiko Takemiya, creadora de Kaze to Ki no Uta, tomó la apariencia de Andrésen como influencia para sus personajes y, curiosamente, Kaze to Ki no Uta es una de las obras seminales en los géneros BL y en la codificación de las obras shojo (pensadas para mujeres jóvenes). Por otro lado, el personaje Char, de Gundam, fue ideado de igual forma con Andrésen en mente. Yoshiyuki Tomino, creador de Gundam, reconoció que tenía al público femenino en mente a la hora de crear el diseño final de Char, en tanto ese demográfico fue de suma importancia para el éxito temprano del anime. Algo similar sucedió con el personaje Oscar, de Riyoko Ikeda, otra mangaka importante, miembro junto con Takemiya, del Year 24 Group, un grupo de mangakas cuyas obras son consideradas como las más importantes para el género shojo.
Pero el legado de Andrésen no se queda únicamente en los animes “para niñas”, sino que la prevalencia del galán andrógino permea hasta nuestros días en una cantidad incalculable de obras a lo largo de todos los géneros; desde Hyoga, de los Caballeros del Zodiaco, un shonen (animes pensados para jóvenes y adolescentes) hecho y derecho, hasta Alucard de la adaptación al anime de Castlevania por parte de Netflix.