X-Men ’97, mucho más que nostalgia

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Marvel Animation

Después de mucha especulación, por fin se estrenaron los primeros dos episodios de X-Men ’97, la serie animada que continúa con el show de finales de los 90. ¿El resultado? Una experiencia única que combina la nostalgia de la vieja escuela, algunos de los mejores diseños de personaje que hemos conocido de esta franquicia, y una narrativa que ha evolucionado los últimos 25 años, para entregar una historia compleja y atrapante desde el primer capítulo.

Una decisión de estilo interesante fue mantener los diálogos llenos de explicaciones para la audiencia y con un tono poco natural; es más, podríamos llamarlos cursi a momentos, una estampa de las series de los 80 y 90 dirigidas al público infantil, Pero, ahora, parece más bien una decisión deliberada, para mantener vivo el espíritu grandilocuente, exagerado y melodramático de la serie. Y funciona. Por alguna razón, esta decisión paga dividendos, ya que no se siente forzado, sino como algo hecho a propósito con el fin de transmitir esa misma sensación que las caricaturas de sábado en la mañana.

En cuanto a la trama, el primer episodio abre fuerte y retoma la historia justo donde nos dejaron hace casi 3 décadas, con el fallecimiento del Profesor X a manos de una conspiración guiada por el odio hacia los mutantes. De inmediato, conocemos el estado de las cosas: el mundo sigue dividido entre quienes apoyan y quienes odian a los mutantes, y los sacrificios hechos durante la serie original parecen no haber seguido de mucho, pues los humanos siguen sintiendo miedo, que lleva al odio, hacia los X-Men y toda la clase mutante. Esto lleva, inevitablemente, a un nuevo conflicto. Por otro lado, el equipo se mantiene casi igual, excepto por la inclusión de Bishop como un miembro permanente de los X-Men y la llegada del futuro hijo de Scott y Jean.

Las dinámicas entre los personajes se sienten igual de fluidas que en la serie original, y se mantiene el humor y los detalles curiosos de cada uno, otro gran acierto por parte de los creadores. Ahora, sin una guía, los X-Men deberán buscar continuar el legado de Charles Xavier y su visión de un mundo unificado.

Sin entrar en spoilers, el hecho es que lo que se arriesga en estos dos episodios se siente como un peligro real, la apuesta es alta y se puede sentir la tensión a lo largo de los capítulos. Hay un riesgo latente y el odio hacia los mutantes llevará a más y más eficaces formas de buscar erradicarlos. En cuanto al arco de la temporada, todo parece indicar que regresaremos a la idea de un arma que neutralice las habilidades mutantes y, así, llevar a una forma de genocidio que, si bien no termina con las vidas de los individuos, sí terminaría con una raza entera.

La animación luce bien en general, con algunos momentos de verdadera inspiración. Pero, fuera de las tomas espectaculares, los momentos cotidianos podrían usar un par más de cuadros por segundo, para aumentar la fluidez de los movimientos.

Ésta es, definitivamente, una serie que ningún fan de Marvel ni de los X-Men quiere perderse. Está disponible en Disney+.

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