La gira de la cantante mexicana Maria José se titula “Libertad” y eso mismo quiere reflejar en el escenario con los bailarines y las canciones que ha elegido para complacer a un público muy diverso.
Entre sus bailarines hay “chicos, chicas y chiques”, diferentes tonos de piel y diferentes tallas.
“Siempre lo he querido hacer, también creo que la apertura mental de la gente ha cambiado. En los 90 esto no hubiera sido posible”, dijo María José en una entrevista reciente por videollamada. “Yo creo que no importa la edad, ni el tamaño, ni la orientación o la sexualidad, nada, si tienes talento. Si tú tienes talento puedes seguir bailando y estando en los escenarios el tiempo que quieras”.
Una de las bailarinas es una chica trans, los coreógrafos son un matrimonio, hay personas que tienen hijos y Kenia es una bailarina con una cabellera roja brillante de talla grande que tiene un explosivo solo de coreografía durante el concierto.
“Una de las cosas más importantes por las que metí a Kenia, aparte de que baila increíble, es por la gordofobia y el ataque a cuerpos que no están en los estándares de las televisoras, por los mismos ataques que sufrió (la cantante) Yuridia, por ataques que he sufrido en mi persona de ‘se ve cuadrada’. Qué te importa, ¿quieres ver modelos?, ve a ver modelos, yo soy cantante”, manifestó la cantante.
María José dijo que tras la pandemia se abrió todavía más a hacer realmente lo que quería en sus conciertos en vivo.
“Creo que lo que más sufrimos durante la pandemia, aparte de lo económico, era la incertidumbre y era esta ansiedad y esta prisión mental de qué iba a pasar. Fue lo que más dañó y podemos ver muchas ansiedades en niños, en jóvenes”, refirió. “Después de eso, si no nos permitimos vivir y ser como somos, pues entonces no sé a qué venimos a este mundo… Si no permitimos que todo mundo sea como quiere ser, no le encuentro sentido a la vida”.
También es consciente de que entre su público puede haber menores de edad. Pero considera que tener artistas trans en escena es algo que puede ayudar a abrir el diálogo en vez de cerrarlo.
“Dicen ‘Mamá ¿qué es niño o niña?’ No importa, es, es una persona. Es hora de que los padres tengan la libertad de hablar de los seres humanos sin sexualizarlos”, destacó. “Ya será trabajo de los padres explicarles, porque finalmente no es que nada más lo vean en mi show, lo ven todos los días en todos lados, en las redes sociales, en la calle…”.
A finales de año, María José estará de gira por Estados Unidos y si bien no sabe exactamente qué bailarines viajarán con ella, espera que puedan ir varios.
“El setlist (lista de canciones) que hicimos en el Auditorio Nacional lo vamos a hacer exactamente en Estados Unidos; de hecho, hay una playlist en Spotify que se llama Libertad Setlist y ahí está toda la lista de canciones que está en el show”, explicó.
La gira tiene paradas en Phoenix, El Paso, Houston, San Antonio, San Diego, Los Ángeles, San José y Sacramento. Los boletos ya están a la venta.
A la par, María José seguirá con sus conciertos en México. Recientemente cumplió cinco conciertos con entradas agotadas en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México. Próximamente, espera viajar a Hidalgo, Tabasco, Veracruz y San Luis Potosí.
La gira es en apoyo de su álbum “Libertad”, su tercer disco de covers, en el que tiene temas como “La loca”, “Hazme olvidarlo”, “Culpable o inocente”, “Pecado original” y “Mi problema”. Originalmente, el proyecto iba a ser un concierto vía streaming en la pandemia. Al final, lo cambiaron de concierto a disco por el cierre de los escenarios y nuevamente a gira, cuando hubo posibilidad de salir a más ciudades.
“Son temas con los que yo crecí. Igual que ‘No soy una señora’, por ejemplo. ‘No soy una señora’ yo la escuchaba en 1985 en el terremoto”, dijo sobre una de las canciones que más le piden sus seguidores desde que María José la relanzó en 2009.
Originalmente, era interpretada en español por la cantante peruano-venezolana Melissa Griffiths, quien lanzó su versión un año antes de ese 1985 en el que un terremoto devastó la capital mexicana. “Tenía mis walkman puestos porque no quería oír las noticias y mis papás no estaban en México; se habían ido de viaje a España. Yo me refugiaba en la música y ese era uno de mis casetes favoritos”.