La tenista checa Petra Kvitova conquistó el Abierto de Miami en su 13ra aparición, al imponerse en la final sabatina por 7-6 (14), 6-2 sobre Elena Rybakina, con un desempate maratónico en el primer parcial.
La checa de 33 años, 10 menos que Rybakina, le cortó una racha de 13 victorias y le impidió conquistar el doblete de títulos en Indian Wells y Miami.
Kvitova, 12ma preclasificada, mostró voluntad, defensa férrea y una tremenda derecha para conseguir winners en una racha decisiva que entusiasmó al público en el segundo set. La zurda ganó así su 30mo título de individuales en la WTA y su primero desde que se coronó en 2018 en Madrid.
Después de que un tiro de derecha de la kazaja se fue largo en match point, Kvitova levantó los brazos y se llevó las manos a la cabeza. Sufrió sólo un quiebre en el partido.
Fue la 41ra aparición de Kvitova en finales de la WTA, pero apenas su primera en Miami. Y además del trofeo, consiguió volver a los 10 primeros sitios del ranking.
“Tomo esto como algo muy positivo. Puedo todavía jugar con las mejores”, dijo Kvitova, quien ganó un premio de 1,26 millones de dólares como campeona. “Me enorgullezco de que, incluso a mi edad, puedo ganar grandes torneos”.
La checa se había mostrado en desacuerdo con el anuncio de que Wimbledon aceptaría a jugadoras rusas este año. Rybakina, campeona defensora del torneo, es naturalizada, nacida en Moscú.
Kvitova, quien también se ha coronado en Wimbledon, ganó el tiebreaker épico de la primera manga por 16-14, en su quinto set point. Una Rybakina que de pronto se mostró errática se excedió en un tiro de derecha para poner fin al desempate de 22 minutos.
Rybakina marchaba invicta en sus siete tiebreakers de 2023.
“El desempate iba a decidir todo el partido”, consideró Kvitova. “¡Dios, fue el más largo de mi carrera! Gané el tiebreaker y eso fue muy emotivo, por saber que todo estaba ahora a mi favor. Pude ver las bolas después del desempate, era como si fueran más grandes y suaves”.