La función numerada UFC 291 concluyó de forma espectacular pero a su vez inesperada. El esperado segundo capítulo entre Dustin Poirier y Justin Gaethje parecía tenernos reservadas emociones al por mayor, sin embargo el nacido en Arizona prefirió no dejar lugar a dudas. Gaethje sorprendió a propios y extraños con potente patada en el segundo asalto, y con eso le bastó para quedarse con el cetro BMF (Baddest Mother Fucker) de la empresa.
El primer asalto entre ambos cumplió con las expectativas de los presentes en el Delta Center de Salt Lake City. Poirier y Gaethje no se guardaron nada de su arsenal y lograron conectar poderosos impactos al rostro. Lo derribos parecía que quedarían para otro momento en la reyerta. Ambos lograron asestar dolorosos castigos al cuerpo de su rival, lo que auguraba más gritos y alaridos para los restantes capítulos.
Todo parecía indicar que ambos gladiadores empezarían a estudiarse, o eso se notaba en los primeros segundos del segundo episodio. Poirier buscaba mantener la distancia en sus golpes, sin embargo Justin, cual si fuera mago, sacó de la lona una poderosa patada de derecha sobre el rostro de su rival. Dustin no supo más de si. Visitó la lona en cuestión de segundos, y cuando volvió en sí vio a su rival festejar por la victoria.
Potente, concreto y a su vez sencillo. Así se podría definir la victoria de Justin Gaethje, quien puede presumir con todas sus letras ser el campeón BMF de la UFC; y lo demostró con hechos.